Se triplican las ejecuciones por pena de muerte en África subsahariana, todas en Somalia – At Dominican (República Dominicana)



El estudio señala que la población joven, especialmente masculina, está vinculada con mayores tasas de homicidio. (Ilustración: At Dominican)

EL NUEVO DIARIO, NAIROBI.- África subsahariana experimentó un retroceso en 2023 tras los avances logrados contra la pena de muerte el año anterior y, aunque Somalia fue el único país en el que se aplicó este castigo, las ejecuciones en la región se triplicaron con creces y pasaron de 11 a 38, denunció Amnistía Internacional (AI).

En Somalia, entre los países con más ejecuciones del planeta, las penas de muerte se multiplicaron por seis respecto a 2022, según el informe anual de AI sobre la situación de la pena capital en el mundo, publicado este miércoles.
Además, las condenas a muerte aumentaron un 66 % en África subsahariana, de 298 en 2022 a 494 en 2023, registradas en catorce países -dos menos que el año anterior-, entre los que se encuentran, además de Somalia (con 31 sentencias de pena capital), Nigeria (246), Kenia (131), Mali (13), Ghana (10), Níger (8), Etiopía y Zimbabue (3), y Camerún (1).
«A pesar de la reducción de países ejecutores -de dos en 2022 a uno en 2023-, las 38 ejecuciones fueron el total más alto registrado en la región desde 2015», subrayó el director de AI para el este y el sur de África, Tigere Chagutah.

En un año en el que las ejecuciones globales alcanzaron su cifra más alta en prácticamente una década, no se registraron cumplimientos de condenas a muerte en países como Sudán del Sur, donde sí se ejecutó a presos en 2022.
«La pena capital es irreversible y constituye una grave violación de los derechos humanos. Somalia y los pocos países africanos que aún mantienen la pena de muerte deben seguir la tendencia progresista de la región y abolirla de una vez por todas», exigió Chagutah.

Kenia, Liberia y Zimbabue acabaron 2023 -año al que hace referencia el informe- pendientes de aprobar en sus respectivos parlamentos los proyectos de ley para derogar este castigo.
El Gobierno zimbabuense acordó el pasado febrero abolir la pena capital del código penal para imponer en su lugar largas penas de prisión, aunque la medida aún no ha sido aprobada por el Parlamento.
En palabras de Chagutah, procesos como estos proporcionan «una renovada esperanza de que sólo es cuestión de tiempo que el mundo se deshaga por completo de la pena de muerte».
La organización, en línea con la postura de la ONU, ha instado a los gobiernos no sólo africanos, sino de todo el mundo, a poner fin a la pena de muerte «en una muestra vital de compromiso con los derechos humanos».

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