Melanio Paredes.
EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO. – Melanio Paredes, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), partiendo de la realidad de que sólo una minoría de dominicanos mostró interés en participar en las elecciones municipales de febrero y presidenciales y congresuales de mayo, entre otros aspectos, arriba a la conclusión de que “la democracia dominicana está enferma”.
Entrevistado por Adolfo Salomón, Paredes recreó las cifras de abstención en ambas elecciones (febrero y mayo) en la que se estableció un récord de ausentismo en los últimos cincuenta años.
Considera preocupante ese hecho para sustentar la debilidad de la democracia en República Dominicana en los actuales momentos: “Es preocupante, porque se entendía que este proceso bajo las circunstancias que mostraban las encuestas, con toda la propaganda gubernamental, uno entendía que más dominicanos podían participar”, adujo respondiendo a su entrevistador.
Melanio Paredes recordó que en décadas pasadas la gente votaba por convicciones y causas sociales, sin embargo, ahora afirmó, muchos dominicanos se ven arrastrados por las dádivas que le puedan brindar los actores políticos.
“Eran las causas sociales, era la situación económica y social del dominicano que lo llevaba a las urnas para tratar de cambiar su realidad, pero eso ya no está ocurriendo”, adujo.
El ex ministro de Educación recordó que al analizar los grandes ganadores de los comicios municipales y congresuales advirtió que, de una forma u otra, están vinculados al movimiento de capitales.
“Eso significa que el dinero juega un papel importante”, una manifestación de clientelismo, un vicio del ejercicio democrático, completó sus argumentos.
Sobre la situación interna del Partido de la Liberación Dominicana dijo que la reducción en los niveles de votación, que de un 62 por ciento en el año 2016 se haya descendido a 10 por ciento, tiene que ser analizado más allá de resultados electorales, realizando una introspección.
Paredes es de opinión que antes de que se adopten decisiones de reestructuración orgánica se debe pasar por una sincera evaluación, que parta del año 2019, cuando se produjo la fractura de una consolidada organización partidaria.
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