Por lo regular la gestión pública descuida las pequeñas cosas y se enfoca en las grandes obras. Y estas últimas son necesarias y la gente las disfruta. Sin embargo, casi siempre por lo que sufre es por las cosas pequeñas.
Por ejemplo, ahora que tenemos abundante lluvia sobre las zonas urbanas es frecuente ver los inconvenientes que generan las acumulaciones de agua en calles y avenidas, provocando congestionamiento en el tránsito y dificultades a los transeúntes.
Las razones que producen estas situaciones suelen ser múltiples. Desagües que quedan pequeños, además tapados por la basura y falta de pequeñas obras para solucionar esos problemas.
Y ahí es cuando las pequeñas cosas se hacen grandes.