1.- A la persona que acciona de buena fe defendiendo derechos, libertades y en general las causas justas, no le basta con ser poseedora de nobles sentimientos. Necesita, además, tener alguna noción de la política para actuar acorde a las circunstancias que se presentan en cada ocasión.
2.- Ayuda saber que en la lucha social no hay formas generales, aplicables en todo momento, en cualquier tiempo y en todas las coyunturas. Cada método a ejecutar debe corresponder a una situación específica de la actividad humana.
3.- La pugna política, ideológica y económica, están ligadas, entrelazadas, pero cada una tiene su espacio y variedad de formas para su ejecución. Además, hay que partir de la realidad de cada país.
4.- En la actualidad, los demócratas sinceros deben sentirse comprometidos con la lucha que libra por su libertad Julian Assange. Poco importa lo alejada que se encuentra la cárcel en el Reino Unido, donde él guarda prisión, porque la cercanía o la lejanía no impide ser solidario.
5.- Las mujeres y los hombres que voluntariamente han hecho un compromiso con sus convicciones, están en el deber de honrar lo pactado con sus ideales.
6.- Es bueno prepararse para la defensa propia y de otro. Es esencial para tener éxito en una disputa llevada con altura, dominar el uso de los medios a utilizar en la contienda.
7.- Andar de acá para allá en defensa de la libertad de Julian Assange, no debe ser un trajinar deportivo, sino desplazarse como portador de un mensaje por la libertad de quien bien la merece.
8.- Lo correcto al accionar por Julian Assange, para que logre su libertad, es ser como él ha sido: batallador por dar a conocer; pugnante para descubrir lo que estaba oculto. Un digno rival de aquellos que burlan a los suyos y al mundo entero.
9.- Julian Assange, es merecedor de contar en cada país con ciudadanas y ciudadanos listos para discutir de tú a tú; ser contendor en la plaza abierta, así como debatir públicamente y en privado. Al lado de Julian Assange, merecen estar los que no tiran la toalla, no claudican, ni se hacen los pendejos.
10.- Para una mujer o un hombre de bien siempre será una decisión ajustada al humanismo, defender la libertad de Julian Assange, haciendo un buen papel, salir airoso y brillar por actuaciones cargadas de sensibilidad y gran bondad.
11.- Activar para que Julian Assange sea liberado y lo más pronto esté con su familia, es un asunto de sentirse formando parte de los que no se rinden en la batalla por un mundo mejor. Sería una alegría colectiva de los amantes de la paz y el progreso social, saber que Assange, fue excarcelado, está suelto, que es autónomo porque alcanzó su liberación.
12.- Es de esperar que Julian Assange, con el esfuerzo, la colaboración legal, pacífica, verbal, escrita, abierta o cerrada, obra de muchas personas amorosas, más temprano que tarde sea libre como el viento y las aves al cantar.
13.- Aquel que está convencido de lo que hace en provecho de otro, debe convertirse en un artífice de sus actividades, y jamás dejar a medias las tareas emprendidas. Le está impedido claudicar, transigir, o de cualquier manera someterse, nada de capitular.
14.- Mientras formemos parte del mundo de los vivos estamos en la obligación de serle útil a la sociedad humana, lo que nos impone mantenernos sacando de abajo para lograr lo que en lo material o espiritual necesita la comunidad nacional e internacional.
15.- En la defensa de la libertad de Julian Assange, hay que estar listo; al día para sacar conclusiones; citar casos análogos al de Assange, para hacer relucir y dar a conocer al mundo la injusta, ilegal, degradada, agraviante, inhumana y cruel que es la prisión contra Assange.
16.- A nivel mundial, los que sinceramente creen que el ser humano merece alegría, bienestar y sosiego, deben sentirse comprometidos a dar a conocer, sacar a la luz y producir ideas; reflexionar, imaginar y planear las más diversas actividades en cualquier espacio o país, para mantener vivo y no dejar enfriar, pasmar, ni olvidar el caso que afecta a Julian Assange. “No olvidemos que el verdugo mata siempre dos veces, la segunda por medio del olvido”.
Por: Ramón Antonio Veras