Josh Hart.
EL NUEVO DIARIO, FILADELFIA.- Es habitual que cualquier jugador se acuerde perfectamente de las franquicias que podrían haberle acabado escogiendo y no lo hicieron. El número 14 mira a los equipos que tienen las elecciones 13, 12 y 11 con recelo. El 40 incluso se acuerda del que cerró la primera ronda. Y Josh Hart, que fue elegido con el número 30 del Draft de 2017 por los Lakers, se acuerda especialmente de los Sixers. «Quería ir allí, tenían la elección 25», apunta Hart siete años después de aquello.
El entonces prospecto de Villanova y ahora jugador de los New York Knicks se llegó a entrevistar con la franquicia de Philadelphia. Maryland, su lugar de nacimiento, está a tan solo dos horas en coche, por lo que a Hart le atraía mantener esa cercanía con su familia. El alero había ganado el campeonato de la NCAA en 2016 con un equipo del que los Knicks han heredado su columna vertebral (Hart, Jalen Brunson y Donte DiVincenzo). Pero los Sixers tenían otra idea. «Eligieron a un europeo cuyo nombre ni siquiera sé pronunciar y le dejaron jugando en Europa», dice con su habitual sarcasmo. Hart se refiere a Anžejs Pasečņiks. Jugador letón que apenas ha jugado 28 partidos en la NBA con la camiseta de los Wizards y que ahora viste la camiseta de Zunder Palencia en la ACB.
«Yo quería ir allí. Estaba a tiro de piedra [de mi casa]. Estuve bastante cabreado durante la noche del Draft cuando llegó el número 25 y no escuché mi nombre», zanja. Desde 2017 hasta el año pasado Hart ha jugado en la conferencia Oeste (Lakers, Pelicans, Blazers), lo que le ha impedido verse las caras con los Sixers muy a menudo. Sin embargo, el destino ha querido que en el primer cruce de playoffs que tiene con los de Pensilvania esté siendo el mejor jugador de su equipo.
Con Jalen Brunson sufriendo una defensa brutal, el alero está dando un claro paso adelante. Los tiros han empezado a entrar (53% en dos partidos) y está promediando 21,5 puntos. En el último tramo de liga regular Hart ya sumó una montaña de minutos. De momento, ha jugado una media de 45 en sus dos partidos ante Philly. Un soldado con hambre de venganza para las filas de Tom Thibodeau.
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