Elecciones transparentes son necesarias y las queremos todos los que somos conscientes de lo que eso significa para la democracia en construcción. Lejos estamos de la perfección, primero porque no existe, y como dijo el Papa Juan Pablo II, ella sólo es de Dios y mientras más la buscamos más nos alejamos de él.
Nuestro calendario electoral ha sido consistente en los últimos 62 años y esa práctica nos ha dado las fortalezas. Apenas a días de las elecciones del 19 de mayo insistir en desmontar 1,510 juntas municipales y al jefe de la policía militar electoral parece una necedad de una oposición que no ha podido armar una opción electoral para competir con éxito.
Sólo nos queda este tiempo para vigilar.
