Penitenciaria Nacional de Honmduras. (Foto: fuente externa)
EL NUEVO DIARIO, TEGCIGALPA.- Dos presos se fugaron de la Penitenciaria Nacional, la principal cárcel de Honduras, y son buscados por las fuerzas de seguridad, informó este viernes el portavoz de la Policía Militar de Orden Público (PMOP), José Coello.
La fuga se registró el miércoles durante la interrupción del servicio de energía eléctrica en la cárcel, indicó Coello en declaraciones a medios locales.
Señaló que los oficiales de custodia se percataron esa misma noche en la ronda de conteo que dos reclusos no estaban en su celda, por lo que se activó un protocolo de seguridad para rastrear a los prófugos.
Los prófugos fueron identificados como Espinal y Madrid. Espinal está preso desde el 12 de enero de 2010 y cumplía condena por asesinato y robo, mientras Madrid estaba procesado desde el 12 de noviembre de 2019 por evasión.
«Tenemos operaciones de rastreo y vigilancia en todos los sectores donde creemos que podrían estar escondidos, es cuestión de tiempo para recapturarlos», explicó el portavoz de la Policía Militar.
Coello dijo que todo el personal que estaba de turno la noche de la fuga ha sido suspendido de sus labores y que de comprobarse la participación de alguno de ellos, será procesado penalmente.
Según investigaciones, añadió, los reclusos ingresaron al área de mantenimiento de la cárcel, rompieron unos barrotes y escalaron una muralla para salir de la prisión.
La Penitenciaría Nacional, la principal cárcel del país, es una de las cárceles intervenidas en junio de 2023 por la Policía Militar para retomar el control de los penales, como parte de la operación ´Fe y Esperanza´ lanzada por el Gobierno después de la matanza de 46 mujeres presas.
La intervención de las cárceles por parte de la PMOP fue ordenada por la presidenta hondureña, Xiomara Castro, un día después de la matanza de 46 mujeres el pasado 20 de junio en el Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), cercano a Tegucigalpa.
El sistema penitenciario, compuesto por unas 30 cárceles, alberga a unos 22,000 reclusos, cuando su capacidad máxima es de 8,000, y menos de la mitad de los presos han sido condenados.
Las cárceles de Honduras son consideradas una “bomba de tiempo”, por el hacinamiento, los problemas de infraestructura y un número de presos en detención preventiva.
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