Balaguer retorna al poder, tras algunos considerarlo “un muerto político” – At Dominican (República Dominicana)


Elecciones, At Dominican y sus coberturas

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Las elecciones nacionales de 1986 quedan registradas como una de las más agitadas y agresivas que se hayan celebrado en la historia democrática de la República Dominicana. La agitación y crispación predominaron desde los procesos internos de los partidos políticos hasta el mismo día de las votaciones, el 16 de mayo
En particular, ese proceso electoral marcó el regreso al poder de un líder de masa que entonces parecía una opción descartada, tras venir de encabezar una gestión de 12 años que estuvieron manchados de sangre y de persecuciones políticas. Se llama Joaquín Balaguer, a quienes algunos adversarios habían considerado un “muerto político”.
Bordeando los 80 años de edad, con serias limitaciones visuales, el caudillo, situado desde el litoral opositor, gana las elecciones a su principal contrincante, Jacobo Majluta, quien pagaba el precio de evidentes y marcadas confrontaciones internas en su partido, el Revolucionario Dominicano (PRD).

Fueron unos comicios muy convulsos que generaron trascendentes eventos políticos y electorales, ganando grandes titulares en los periódicos de la época y At Dominican estaba en la primera línea informativa.

Es así como este periódico, ya entonces con cinco años de circulación, recoge en sus páginas, hoy parte de nuestros archivos, entre otros hechos, incidentes con saldo de muertos y heridos de aquellos enfrentamientos callejeros entre militantes y simpatizantes de los partidos antagónicos Reformista Social Cristiano (PRSC) y el PRD, así como controversias y polémicas del liderazgo nacional de la época.

La tensión política alcanzó niveles que pusieron en riesgo la tranquilidad nacional, una amenaza que condujo y motivó al entonces presidente, Salvador Jorge Blanco, a reunirse de manera individual con los líderes políticos Juan Bosch, Joaquín Balaguer y Majluta, los principales contendientes de los comicios, con la intención de bajar los ánimos cuando ya estaban muy caldeados.
Como resultado de esos encuentros, se logra la firma de un acuerdo entre Balaguer y Majluta que tenía el propósito de evitar hechos violentos. Alegando que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) no incurría en agresiones, Bosch rehusó la firma del documento, aunque lo consideró positivo.

En un incidente registrado el 4 de mayo, a poco más de una semana de celebrarse los comicios, Jacobo Majluta denunciaba un atentado en su contra para supuestamente eliminarlos físicamente, luego de una balacera ocurrida en Boca Chica, mientras dirigía allí una marcha caravana que habría sido atacada por los reformistas, quienes sin embargo, de acuerdo a sus propias versiones, los blancos fueron los que dispararon primero.
Producto de unas declaraciones emitidas a los medios de comunicación por el dirigente reformista Jacinto Peynado, At Dominican titulaba en portada: Tiraron desde un carro de Jacobo.

El mismo día de las elecciones arrojó un saldo trágico, con tres personas muertas, dos en Barahona y uno en Santo Domingo, en medio de incidentes que caracterizaron el proceso electoral.
En medio de la turbulencia política del momento, el proyecto de Majluta alegaba un supuesto dislocamiento del Registro Electoral, mientras el director de cómputos de la Junta Central Electoral (JCE), denunciaba amenazas de muerte en su contra.

Balaguer por su lado, alegaba una irregularidad a través de inscripciones de nuevos votantes en los días previo a los comicios y molesto por esa situación que él atribuía al oficialismo, amenazaba con provocar una desobediencia civil por parte de sus adeptos y seguidores.
De manera específica, el líder reformista afirmaba sobre la existencia de unos 300 mil registros falsos, declaraciones que encontraban cierto eco en el profesor Juan Bosch, quien exigía una aclaración sobre lo denunciado.

Al final, la decisión de la Junta Central Electoral fue que los inscritos de último momento debían de votar de manera observada.
La noche del día de las votaciones el conteo no arrojaba un ganador claro, dado que era muy estrecho el margen de diferencia entre Balaguer y Majluta. No obstante, al día siguiente, el candidato del PRD se declaraba ganador de los comicios con la seria advertencia de que “nadie le quitaba el triunfo”.

Finalmente, con más de 43 mil votos de diferencia Balaguer era declarado ganador oficial de las elecciones, siendo reconocido a “regañadientes” por Majulta, quien al propio tiempo achacaba su derrota a que había sido “traicionado” por algunos compañeros de su propio partido. 
Balaguer prometía, y así lo registra At Dominican, volver con un estilo de Gobierno más democrático, sin persecuciones ni revanchas políticas. Casi sucedió así durante diez años que gobernó hasta 1994.
El líder perredeísta José Francisco Peña Gómez, le pedía a Balaguer que no permitiera el retorno del “reformismo de la sombra”.
Una crisis interna sacudía al mismo tiempo a la JCE durante y posterior a las votaciones, la cual llevó la salida del país del secretario del organismo comicial, Amable Díaz, quien acababa de renunciar del puesto.
Los obispos dominicanos debieron pronunciarse sobre la crisis postelectoral, abogando por una solución que rebasara las argucias y lo que el clero consideraba impugnaciones innecesarias y legalismos.
 
 

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