Cuando se tiene todo el poder la construcción del consenso se torna complicado. Y dependerá más de la sabiduría del gobernante que de las aprobaciones de sus opositores. Estos últimos es probable que vean en sus posturas de resistencias más beneficios políticos que en otorgar aprobaciones.
Creemos que el presidente Luis Abinader tendrá que identificar con su equipo, y con expertos fuera de él, con claridad los caminos más provechosos para recorrerlos en este nuevo período. Procurando mejorar los servicios que ayuden a elevar la calidad de vida de los dominicanos y reforzar el orden institucional del país.
Es probable que esa identificación no sea difícil hacerla para escoger los temas que permitan empujar en esos caminos correctos. Quizás sea más complicado cohesionar las políticas que ayuden a lograr los resultados deseados. Y, sobre todo, colocar en cada caso a las personas adecuadas en las ejecuciones de esos planes y propósitos.
Y es obvio que el consenso tiene un campo amplio para explorar, también en el orden económico y social.
