La obra de gobierno de Luis Abinader no tiene comparación, sus ejecutorias y buena gobernanza se convierten en referente para futuros mandatarios de la República Dominicana, en el marco de una historia reciente matizada por la corrupción y el engaño de partidos que han gobernado para llenar sus arcas. Saciar la miseria material y espiritual de quienes nos gobernaron en el pasado fue el siniestro legado de quienes hoy pretenden volver. Leonel Fernández es un vivo ejemplo.
Desde joven se rodeó de figuras importantes del escenario político nacional, sobre todo su padre, dirigente de larga data y protagonista de los acontecimientos históricos más relevantes del siglo pasado. Don Rafael fue abogado, político y educador, pero también un padre sensible y pragmático que sirvió de ejemplo para su hijo.
Como presidente su enfoque primordial ha sido el desarrollo económico, especialmente en el renglón turismo, la transparencia gubernamental y la lucha contra la corrupción. Luis ha sido el único presidente de la historia moderna en desvincular funcionarios señalados por actos lesivos a la función pública, o a la moral.
Es importante precisar que los dominicanos se han acostumbrado a su estilo: diáfano, simple, abierto; tanto así que implantó moda prefiriendo la chacabana blanca, o de colores claros, para eventos oficiales. La imagen desmedida e inflexible de un gobernante arropado de pies a cabeza, encorbatado en un país tropical, pasó de moda.
Los dominicanos en Puerto Rico no son la excepción. La cercanía al territorio nacional les permite mantener un vínculo constante con las incidencias nacionales y con la gente. Los lazos entre ambos pueblos han sido testimonio de la hermandad y cofradía entre dominicanos y puertorriqueños desde la fundación de la colonia.
El partido de gobierno ha marcado su presencia en Puerto Rico, especialmente entre sectores urbanos aledaños a San Juan. Se organizan, se reúnen, se manifiestan en las calles y han trazado una estrategia para vencer en el próximo torneo electoral. La nueva dirigencia del partido sacó al PRM del letargo que vivió en épocas recientes.
Cabe resaltar que no solo Luis Abinader figura como candidato en las próximas elecciones de mayo, sino Adelys Olivares también. Cómo diputada de ultramar con experiencia y un extenso récord legislativo, ella aspira a revalidar en el escaño que le corresponde a la circunscripción dos del exterior. Puerto Rico, así como una veintena de territorios más, pertenece a esa demarcación electoral.
La maquinaria que le apoya tiene como meta llevar al elector una nueva propuesta legislativa en aras de seguir impulsando la figura del dominicano en el exterior, tanto en la asamblea legislativa como en los territorios bajo su jurisdicción. Adelys Olivares se ha convertido en la figura que las autoridades en Puerto Rico reconocen como portavoz y representante de los dominicanos en la isla del encanto.
La oposición brilla por su ausencia, el discurso trillado de siempre resulta insuficiente para deslucir los avances del presidente Luis Abinader y su equipo legislativo. Fuera del partidismo, fuera del afán y la simpatía por personajes que gobernaron y defraudaron al pueblo dominicano, impera el deber a la patria. En mayo acudamos a las urnas a refrendar la buena obra de gobierno de Luis Rodolfo Abinader Corona. Merece nuestra confianza.
Por Raúl Antonio Mejía Santos